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Para después de las comidas

iQué hermoso es no tener hambre ni sed, sentirse tranquilo, satisfecho y feliz!

iHermoso es no tener envidia de nadie y aprovechar los frutos de nuestro trabajo!

iQué hermoso sentarse a la mesa, comer, beber y utilizar las riquezas y bellezas de nuestra vida!

¡Hermosa es la salud para poder disfrutar los alimentos que mantienen el cuerpo y conservan el vigor!

¡Qué bueno poder levantar nuestros ojos y agradecer a nuestro Padre por sus dones!

Alabado seas, Señor del universo, creador de las riquezas, por la alegría que me diste en agradecerte.

Seas alabado, Dios eterno, que nos das la felicidad de sentarnos a esta mesa abundante, por ti preparada.

Alabado seas, Dios y protector nuestro, por los alimentos, frutos de la tierra, creada e ideada por tu bondad.

Alabado seas, Padre nuestro, por el bien que me diste de compartir con los demás pan, amor, felicidad.

Amén.