Señor Dios, te rogamos que bendigas el trabajo honesto en los campos y las fábricas; en las escuelas, las oficinas y en el comercio; en cualquier lugar donde se desarrolle nuestra actividad para ganar el pan cotidiano, para el desarrollo de las artes y ciencias.Y ya que mandaste que el hombre sometiese las fuerzas de la creación y las dominase como dueño, condúcenos de la mano, Señor, a fin de que utilicemos las energías naturales sobre las que se extiende nuestro dominio, para el bienestar de los pueblos y no para su ruina, rindiendo gracias a Ti, Señor y Creador de todas las fuerzas del universo.Y ya que nos diste un poder tan maravilloso, haz que nosotros, y todos los hombres, nuestros hermanos, te reconozcamos en Jesucristo, Señor y redentor de todas las criaturas, y te sirvamos con pleno sentido de responsabilidad en cada una de las acciones a las que nos entregamos.Ten misericordia de los hombres sin esperanza, y de los que no conocen, diariamente, otra cosa sino el viejo dolor. Señor, ahora regresamos a nuestras casa, pero te suplicamos: quédate con nosotros, por tu palabra, por tu gracia y por la consolación del Espíritu Santo, En el nombre y por los méritos de Jesucristo, Salvador y esperanza del mundo. Amén.